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Vendió golosinas para pagar la facultad y recibió su diploma con una caja de gomitas

El sueño de Luis Ricardo Mendoza era recibirse en la carrera de Negocios Internacionales, pero su familia era muy pobre y no podía pagarle sus estudios universitarios. Entonces, salió a las calles a vender gomitas azucaradas y así consiguió el dinero que le permitió seguir cursando en la Universidad de la Guajira de Colombia.

Su trabajo comenzó con una caja de caramelos llamada Candy Ranch, que vendía a 400 pesos y a medida que pasaban los meses logró invertir la ganancia en otras golosinas.

Luis vendía gomitas azucaradas en las calles y en los recreos de la facultad para pagarse sus estudios.Luis vendía gomitas azucaradas en las calles y en los recreos de la facultad para pagarse sus estudios.

Cinco años después de comenzar con su negocio, Luis estaba sentado junto a todos sus compañeros de la universidad en el acto protocolar de entrega de diplomas. Tenía el gorro en la cabeza y esperaba el momento en el que las autoridades lo llamaran para darle su merecida distinción.

Cuando llegó su turno, sus padres lo aplaudían con orgullo y, a la distancia, trataban de identificar qué es lo que llevaba Luis mientras caminaba rumbo al escenario. El recién graduado saludó a los directores y tomó el diploma con una mano. Con la otra, mostró a la cámara uno de sus objetos más preciados de los últimos años: una caja de gomitas.

Recibí el diploma con las gomitas porque evoqué la persona que era hace 5 años, esa persona humilde y alegre que le endulzaba los ratos a los estudiantes antes de iniciar un examen o irse para sus casas”, expresó el joven a un diario de Colombia.

“Quise mostrar las gomitas como símbolo de una de las tantas golosinas que oferté en la universidad para salir adelante y poder suplir algunas necesidades que mis padres no podían en aquel momento”, añadió el joven cuya historia se volvió viral esta semana.

El joven que logró recibirse en la Universidad de Guajira, Colombia.El joven que logró recibirse en la Universidad de Guajira, Colombia.

Conmovido, afirmó que el factor económico era una de las barreras que le impedían lograr su objetivo ya que debía solventar sus necesidades básicas como las fotocopias, la alimentación y el transporte.

Es por eso que nació su interés por emprender y comercializar sus productos para salir adelante. “Todo empieza por una necesidad. Cada día era la aproximación a lo que quería ser como profesional”, aseguró.

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