Nicolás SanzPortada

Acerca de la necesidad de generar transparencia y reconfigurar la “burocracia” en la política mendocina

Mercedes Llano y el llamamiento a generar cambios de fondo que faciliten el control de las políticas públicas de cara a los ciudadanos

No es una novedad que en la provincia de Mendoza la falta de transparencia es un común denominador, tanto a nivel del Ejecutivo provincial como en el de los Gobiernos municipales. Dicho sea de paso, es un tema que desde Diario Mendoza Today se viene trabajando insistentemente.

Puede que sea un tema reiterativo y hasta agobiante, pero debe insistirse en la necesidad de transparentar la función pública para que cada mendocino pueda acceder a la información que debiera ser de acceso público.

En ese contexto es que la diputada del Partido Demócrata, Mercedes Llano, presentó un pedido de informe con el propósito de conocer los salarios que se abonan en los distintos organismo estatales, ya sean centralizados como descentralizados.

Es que resulta que la información que es de acceso público carece de puntuales detalles y, vale destacar, conseguirla es toda una odisea. Entre descargas y traspasos entre PDF y planilla Excel ya resulta per se todo un despropósito, pero no es solo ello, ya que una vez que los datos son adquiridos, resultan engorrosos de comprender y en muchos casos hasta prácticamente ilegibles.

Mendoza ostenta la Ley 9070 que plantea que el acceso a la información pública debe garantizar “la transparencia fomentando el Estado abierto”, algo que se cumple a medias, porque quién tendría el impulso de hacer una revisión de los datos si los mismos son de difícil –e imposible en algunos casos- lectura.

El periodismo suele hacer esas “locuras”, lo que no se entiende se consulta con fuentes o se hace un análisis pormenorizado de los documentos disponibles que pueden llevar muchas horas de trabajo, pero en definitiva ese es el trabajo de la prensa. ¿Qué ciudadano de a pie lo haría? ¿Si se lo propone cuántos serían? ¿Y si el periodismo mendocino –comprado por la pauta oficial- no publica esa información?

Los salarios de los funcionarios y empleados estatales, sobre todo en la provincia de Mendoza donde se puede hallar un desfile de ítems y adicionales, son casi un misterio, porque no todos los docentes cobran lo mismo, no todos los médicos cobran lo mismo y no todos los empleados judiciales cobran lo mismo, aun cuando se encuentren ubicados en el mismo escalafón.

Al margen de ello cabe señalar que la disparidad y la discrecionalidad con la que el Gobierno mendocino abona los salarios es apabullante. De hecho, los haberes de empleados judiciales y organismos de control son más del doble de altos que los que se abonan a, por ejemplo, los docentes.

Ello es así por el factor de la discrecionalidad con la que el gobierno provincial destina los recursos monetarios. Desde el entorno de Llano, consultado por este diario, dieron un ejemplo que es más que claro. “El sindicato que más aprieta es el que consigue los mejores salarios”, analizaron.

Ello sucede porque no hay una política de implementación clara, porque no hay reglas definidas y termina resultando que un empleado de un casino cobra más que un docente, lo que resulta llamativo teniendo en cuenta que el ex gobernador Alfredo Cornejo transita los pasillos de los medios de prensa nacionales hablando de la necesidad de crear un sistema que aliente al mérito cuando en la provincia eso no existe.

Es allí que mete el dedo en la llaga la diputada Llano, en la necesidad de crear lo que ella llama “burocracia meritocrática”, un sistema que premie cuestiones tales como el esfuerzo y la dedicación de un empleado en el cargo que le corresponda ejercer.

En ese mismo contexto es que se busca impulsar una “política salarial real”, lo que generaría que no hayan asimetrías como las aquí planteadas, pero además mejoraría la previsibilidad de los trabajadores agrupados bajo sueldos estatales.

En ese sentido, la legisladora identificada con el diputado nacional libertario Javier Milei, insiste en que ello ayudaría a reducir la pobreza y generaría mayor eficacia en el manejo de la “cosa pública”.

Pero la discrecionalidad no hace referencia única y meramente a los salarios, sino también al ingreso de personal. Por caso, es habitual que no se lleven a cabo concursos. Sin ir más lejos, recientemente se ocuparon 8 cargos en el Ministerio de Economía provincial sin que nadie concurse para dichos puestos, lo que debiera ser un verdadero escándalo, pero nada pasa.

¿No es acaso constante la discusión por la discrecionalidad con la que el Gobierno nacional maneja los fondos coparticipables? ¿No es Mendoza una de las provincias que hace hincapié en ello? ¿No resulta por lo menos hipócrita?

Es necesario aclarar que quien suscribe no tiene animosidad con ningún partido ni con ningún representante o dirigente político, algo que debe aclararse porque la grieta y la pauta han empujado a la sociedad a creer que los periodistas y/o los medios de comunicación responden a alguien, pero si es necesario destacar que lo que Llano está impulsando es completamente necesario.

Es de vital importancia generar transparencia y que la información pueda ser consultada por cualquier ciudadano, así como también es completamente necesario que no se puedan otorgar cargos a cualquiera para que con ello se pueda crear, consecuentemente, credibilidad.

Si no se hace un cambio en lo referente a las políticas salariales y de cargos públicos se deja abierta la puerta para que se lleven a cabo actos de corrupción, para que el tráfico de influencias no tenga ningún tipo de castigo y que se pueda designar a cualquier persona, incluso con falta de idoneidad, en cargos estatales que no solamente deben responder ante las necesidades de los mendocinos, sino también que son los propios ciudadanos quienes pagan el sueldo de alguien que quizá no sepa resolver las situaciones necesarias de resolución.

Es todo un emblema de la provincia rezongar por políticas públicas que se implementadas por el Ejecutivo Nacional siendo el local, en muchos casos, artífice de los mismos sistemas que lo llevan a enfrentarse con la Casa Rosada. Esto no solo debe cambiar, sino que antes de hacer un miramiento o llamamiento, los funcionarios provinciales deberían preguntarse: ¿Y por casa cómo andamos?

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