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Aniversario de la muerte de Víctor Fayad, el hombre que redefinió la política en Mendoza por su falta de escrúpulos

Por Christian Sanz, director periodístico de Diario Mendoza Today.

Este domingo, se cumplen 9 años de la muerte de Víctor Fayad, otrora intendente de la Ciudad de Mendoza por el radicalismo. Muchos lo recuerdan en redes sociales, asegurando que se trató de un símbolo del republicanismo y la institucionalidad. Pero fue todo lo contrario.

Se trató de un hombre personalista al extremo —característica admitida incluso por sus adláteres— que ostentó un estilo de conducción cercano al maltrato.

Su actividad política comenzó en la UCR, gracias al impulso de su propio tío, el ex gobernador de Mendoza, Santiago Felipe Llaver. Merced a ese empuje familiar, Fayad supo construir una interesante carrera, especialmente a partir de su asunción como presidente del Concejo Deliberante de la Capital mendocina, a los 27 años.

Pronto, en 1987, llegaría a intendente del mismo distrito y su eficiente gestión lo pondría en la cúspide de la popularidad política. Es que Fayad impuso un novedoso modelo de conducción vinculado al embellecimiento de los paseos públicos. Por caso, se le atribuye la beneficiosa transformación de la calle Sarmiento, en el paseo Peatonal que hoy ostenta la Ciudad de Mendoza.

Con ese mérito a cuestas, intentó en vano ser gobernador de la provincia en el año 1991, con sólo 34 años. Para lograr su sueño insistió cuatro años más tarde, pero jamás lo logró. Su techo sería la intendencia capitalina.

Sin embargo, conservó siempre el prestigio de haber sido un importante legislador nacional de la Alianza, junto a Raúl Baglini: cada uno, desde el Congreso Nacional, supo ser importante “puntal” del entonces presidente Fernando De la Rúa.

En ese marco, hay que destacar que el “Viti” presidió la importante Comisión de Energía y Combustible e impulsó leyes trascendentes, tales como el uso del número *911 para emergencias, y la desregulación del mercado petrolero.

Pero hay una anécdota que pinta de lleno su espíritu. En la noche del 20 de diciembre de 2001, cuando los “caceroleros” se estaban llevando puesto al gobierno, él se arremangó y se mezcló entre la gente. Estaba seguro de que a él nadie iba a recriminarle nada.

Sin embargo, antes de lo esperado, el “Viti” tuvo que escapar de la “furia social” en medio de los mismos insultos que sufría casi todo el arco político en esos días. “¿Qué querés… que nos maten a todos…?”, le dijo a alguien que en ese momento lo estaba llamando por teléfono para justificar su huida.

Escándalo perseguirás

Desde el preciso momento que asumió su segunda intendencia, en 2007, Fayad tiñó su gestión de diversos escándalos, principalmente motivados por su extremo personalismo. “Sí, la verdad que es de consultar poco sus decisiones y tiene carácter muy fuerte, pero es respetuoso de las instituciones y hace una muy buena gestión”, aseguró a este cronista entonces Alejandro Pérez, el entonces secretario Habilitado del Consejo Deliberante mendocino.

Lo mismo admitió Darío González, ex concejal del partido Concertación Ciudadana: “No te voy a negar que Fayad es personalista, incluso se enfrentó con algunos de los que lo ayudaron a llegar al poder, pero tiene un buen equipo de trabajo”.

Emilio Bertolini, ex legislador por el PRO, fue aún más crudo a la hora de referirse a la conducta del mandatario: “Fayad es muy caprichoso y le gusta ir hasta el hueso, cueste lo que cueste, aún al borde de la ley”.

La mayoría de los testimonios tomados por quien escribe estas líneas coincidieron en resaltar la dureza en el trato que solía propinar el intendente a sus colaboradores. También sus largas ausencias laborales y sus recurrentes llegadas tarde. Todos los consultados han coincidido en admitir que el jefe comunal nunca arribaba a su oficina antes de las 11 de la mañana.

“Está bien, admito que Fayad siempre llega tarde, pero después se queda hasta tarde trabajando en su despacho”, aseguró el referido Pérez a ese respecto.

Cuentas que no cierran

Fayad ha sido investigado en el año 2008 por supuestos “aportes voluntarios” que empleados de la Municipalidad de Mendoza hacían a la UCR departamental y cuyos importes eran depositados en las cuentas bancarias de dos de sus secretarias privadas, Carolina Demaría y Laura Salvo.

Se trata de un expediente que demostró que los responsables contables de la comuna presentaron autorizaciones adulteradas de puntuales agentes municipales para permitir que ese dinero se les descontase de sus salarios.

No obstante, lo más cuestionable es lo ocurrido con las secretarias de Fayad cuando este llegó a la intendencia: Demaría se convirtió en directora General de Intendencia; y Salvo en la secretaria privada del intendente.

Sin embargo, no se trata del peor de los escándalos que enfrentó el jefe comunal. Uno de los tópicos que más se cuestionó a Fayad es el relacionado con la construcción, lo cual lo ha llevado incluso a enfrentarse con los concejales de su propio partido.

“Ha presentado algunas propuestas tan escandalosas que no pudieron ni sostenerlas sus propios partidarios. Si lo pensás dos minutos, te darías cuenta de que es facilísimo manejar la ciudad, se recauda mucho dinero y es muy fácil de administrar. Todo ese ocultamiento que hace Fayad vuelve más oscura su administración”, admitió un ex concejal en estricto off the récord a este cronista.

En tal sentido, hay dos temas que pusieron al jefe comunal bajo la lupa de todas las miradas: la venta de terrenos municipales y las excepciones al Código de Edificación Urbana mendocino.

En tal sentido, el “Viti” ha sabido presionar al Concejo Deliberante capitalino para impulsar sospechosas excepciones al Código de planeamiento urbano mendocino, generalmente para beneficio de la empresa constructora Cioffi.

“Uno de los pedidos fue escandaloso: se pidió permiso para construir 13 pisos y terminaron construyendo ¡17! (…) La excepción la impulsó Fayad”, contó en 2009 una de las fuentes consultadas.

Si bien el jefe comunal es un experto en impulsar este tipo de medidas, en algunas oportunidades ha debido echarse atrás por fuertes presiones de los vecinos. Una de esas ocasiones se dio en julio de 2008, cuando unas 60 personas se movilizaron contra la construcción de dos torres en calle Boulogne Sur Mer 241.

“Fayad mastica vidrio pero no lo traga, jamás va a insistir en algo que pueda ponerlo bajo sospecha”, admitió un ex colaborador de la comuna.

Es que, el tema de las excepciones representa todo un escándalo en la ciudad de Mendoza. Sólo en 2008, se permitieron una serie de permisos de lo más insólitos, desde la instalación de una concesionaria de autos en Perú al 2.100 —en zona no permitida—, hasta la superación de la altura máxima en Emilio Civit al 700.

Al calor del poder

Si algo debe reconocerse a Fayad es su hábil cintura política: sabe codearse con Elisa Carrió de la misma manera que consiguió ser atendido por el otrora ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Gracias a ello, supo conseguir fondos frescos para cubrir los déficits comunales y logró que nadie discuta acerca de sus falencias en la gestión pública.

“La fidelidad con los Kirchner, incluido el hecho de pegarle a Cobos, le reportó 18 millones de pesos”, admitió un ex funcionario de segunda línea de Casa de Gobierno cuyo apellido es casi calcado al del jefe comunal.

Como sea, Fayad supo instalar todo un estilo de hacer política, que algunos de sus sucesores parecen haber absorbido. Por eso lo extrañan ahora mismo, a ocho años de su desaparición física.

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