Christian Sanz

El hombre de los sobreprecios: secretos y miserias de Carlos Castagneto, flamante titular de la AFIP

Una vieja trama, relaciones entre hampones, y una caja política millonaria. Por Christian Sanz, desde la redacción de Diario Mendoza Today.

Carlos Castagneto. Ese es el nombre que hay que rastrear a la hora de entender la trama de sobreprecios en el Ministerio de Desarrollo Social, aquella que explotó en abril de 2020, en medio del comienzo de la pandemia del coronavirus.

Es un culebrón que en la Justicia terminó “planchado” por las presiones políticas del Frente de Todos, aún cuando se demostró que existieron adquisiciones de bienes y servicios a precios superiores a los del mercado.

Allí aparece la figura del hoy titular de la AFIP, Castagneto, un hombre multimillonario que hasta hace poco ostentaba el estratégico cargo de director General de la Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social.

En sus comienzos, el tipo era todo un jugador. Literalmente: se desempeñaba en la posición de arquero en varios equipos de Argentina y de América Latina.

Luego, en 1993, llegó a ser coordinador de gestión del Instituto de Menores de la provincia de Buenos Aires y, más tarde —en 1995—, director general de administración de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación. Allí logró empaparse de la metodología que una década después se iría perfeccionando en esa cartera a efectos de llenar bolsillos propios y ajenos.

El turno de tener verdadero poder le llegó en 2002, cuando fue designado subsecretario de Coordinación del Ministerio de Desarrollo Social.

Acto seguido, en 2003 —con la llegada del kirchnerismo al poder— logró tocar el cielo con las manos cuando logró copar el cargo de secretario de Coordinación y Monitoreo Institucional del mismo ministerio. Lo hizo hasta 2015.

En el medio, en 2010, logró ser uno de los fundadores del partido Kolina —Corriente para la Liberación Nacional—, una agrupación que nació dentro del Frente para la Victoria. Allí también supo abrevar su jefa, Alicia Kirchner.

Como es de suponer, el dinero “negro” para sostener la militancia de esa agrupación provino de Desarrollo Social. Por eso, no es casual que todos los popes de Kolina provengan de tal ministerio, incluso Daniel Arroyo, quien, amén de quedar salpicado por los sobreprecios de estos días, ya estuvo implicado en un escándalo en 2008 por la comercialización de leche que era para asistencia a gente con pocos recursos.

La metodología fue pergeñada justamente en esos días. Entonces, media docena de referentes de Kolina lograron “afilar” el método del choreo a través de sobreprecios y sobrefacturación, todo ello acompañado por el uso de facturas “truchas”.

Una digresión: pocos saben que uno de los que les “vendía” documentación apócrifa era el ex jugador de futbol Fernando Gastón Cordoba, a quien le pagaban un 15% por cada orden de compra.

Parte del engranaje es Cecilia María Lavot, “amiga” personal de Castagneto y que se coló en el foco del escándalo por ser quien autorizó el pago de la polémica compra en Desarrollo Social. La mujer es abogada y supo ser apoderada de Kolina.

Otra parte de la misma maquinaria es María Cecilia “Chachi” Velásquez, presidenta del Consejo de Educación de Santa Cruz. El cargo no es azaroso: es la persona que maneja toda la plata del sistema educativo de esa provincia y, a su vez, es persona de extrema confianza de Alicia K.

Para conocer la reputación de Velásquez hay que saber que en julio de 2016 la Oficina Anticorrupción presentó una denuncia en su contra por irregularidades en el manejo del “fondo rotatorio” del Ministerio de Desarrollo Social.

A su vez, comparte con Lavot una denuncia judicial que fue elevada a juicio por usar facturas “truchas” en la misma cartera.

Buenos muchahos… como la película, pero en la vida real.

Artículos Relacionados