Christian SanzMendoza en foco

El gobierno de Mendoza piensa en OSEP, pero solo medidas cortoplacistas: ¿Para cuándo una solución de fondo?

En medio de fuertes críticas por el mal funcionamiento de la Obra Social de los trabajadores, al Estado mendocino solo se le ocurre cómo aumentar su aporte. ¿Pan para hoy y hambre para mañana?

Decir que en el último tiempo la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP) ha mostrado severas complicaciones, es una verdad de Perogrullo.

Ciertamente, los que conocen el paño aseguran que se encuentra al borde del quiebre —sino quebrada—, con prestaciones paralizadas y prestadores que juran que no cobran en tiempo y forma. Ello va generando una crisis creciente que, lejos de resolverse, cada vez empeora más.

Lo que nadie menciona es acaso lo más inquietante: la obra social viene siendo utilizada como “caja” de la política desde la memoria de los tiempos, por todos los partidos políticos. Todos.

Ello hizo que terminara “vaciada” por completo, emparchada a través de pequeños aportes dinerarios “de apuro” que jamás llegaron a equilibrarla.

A esa situación hay que sumar que cada vez hay más empleados públicos, cuyo aporte no es directamente proporcional a las necesidades financieras de OSEP.

En tal contexto, el Gobierno de Rodolfo Suarez viene pergeñando un plan: sumar un 2% más la participación en el “aporte patronal” que el Estado hace por cada afiliado.

En realidad, la idea la aportaron esta semana diversos gremios, que se acercaron a la Legislatura mendocina y presentaron un proyecto de ley para sanear la obra social.

Allí se menciona puntualmente: “La modificación del art. 24 de la ley 4.373 para aumentar en un 2% los aportes patronales realizados por el Estado provincial con el fin de fortalecer el esquema de ingresos/egresos corrientes de la OSEP para así evitar crisis futuras”.

Habrá que ver hasta dónde sirve la “solución” de marras: ¿Será una solución a largo plazo o solo un parche temporal, más efectista que efectivo?

Todo indica que la medida ha sido pensada para llegar sin grandes sobresaltos a 2023, cuando lleguen las elecciones. Luego, el problema seguirá allí. Inamovible.

Es el cuento de la buena pipa finalmente. A la mendocina.

Artículos Relacionados