Daniel Bosque

Mileinnials

“Creamos lo que no tenemos, lo que ansiosamente necesitamos” (Ernesto Sábato, en Abaddon el Exterminador).

“Un fantasma recorre las pampas”, hubiera dicho el viejo Marx. La raída sociedad argentina, harta ya de estar harta, alimenta en este otoño a una profecía que ha salido de su jaula. Politólogos recitan que no tiene fundamento desde la ciencia, lo mismo que dijeron de unos cuantos outsiders que vienen surcando el planeta. Aunque atenti, si es foráneo y sin pasado profuso en los chanchullos de la política, tal vez tenga todo para ganar, se atajan los expertos.

El fenómeno es kitch en forma y fondo. Pero toca esa música que el pueblo sopapeado quiere escuchar. Los tips son contundentes, como este summun bonum: “hay que terminar con el Estado opresor y ladrón”, aplausos y un vaso de agua que hay más.

Las redes son el bastión, los medios la claque, mientras viola a piacere los más sagrados óleos de las eucaristías partidarias. Como Elon Musk, el más rico y ahora amo del tuit, el melenudo cada día da una hostia, o varias porque la orquesta viene de gira. Es su ciclo de gloria en el que nada pierde, todo lo que toca es oro para las encuestas. Cuando estás en gracia, hasta tu suegra te adora y desearía haberte parido. Todo es aura, aun si desafías a ricos y humillas a pobres sorteando tu dieta pública. Se te anotan 7.000.000 de compatriotas. Donde hay de todo, fans, curiosos, divertidos, de los que te adoran o el que dijo thanks por el cheque, pero amo a la Cris.

Dicen que popes petroleros, banqueros, pastores evangélicos…le ponen fichas. No parece mal negocio: un ñato así sería fácil de rodear. Imaginate la bolsa de gatos si pega la presidencia, sin aparato y con elencos de cholulos y advenedizos que pescaron con medio mundo desde el muelle. Pero no me ofendas, dicen los libertarios, si los que tenían estructura y oficio y venían a salvar a la patria se la han morfado. Los del gobierno de los CEOs de ayer y los “todas, todos y todes” de ahorita han tirado al país desde la cima a ver como rueda, y con él a sufridos millones que en estos días el Estado va a censar.

Justo el Estado, esa papa almibarada que se ha devorado “la casta”, dice Javier a puro látigo. Se armó la ola, me dicen que lo van a votar el plomero paraguayo y el gerente de mi banco. Transversal, no hay grieta allí. “Quiero que pase algo importante, de una vez por todas” es el mantra. No pasará, sentencia la partidocracia y la mass media pro y anti ká, porque el teorema de Baglini es bíblico. Más cerca del poder, más lejos de tus letanías electorales.

Los argentinos se creen, o se creían, vivos. Pero este invento no es como el colectivo o la birome. Hay decenas, con más vento y arrasadores, como Trump, que terminó arrasado por China y el Covid, hasta ahora. Con cojones y chaleco antibalas como Zelenski, el bohemio que para la mitad del mundo es ahora freedom symbol. Con astucia y olfato, como el reelegido Macron. Ni hablar de América Latina, una acuarela inmensa de paracaidistas, sin dar nombres para no caer en olvidos injustos.

En los ‘90 les bautizaron como Fujimoris, pero la historia la escriben los que ganan, Vargas Llosa el escribidor también lo era. El que trajo aquí el invento de novedosos y audaces fue Carlos Saúl, con Palito y con Reutemann en el top. Abierta la tranquera después entró de todo, algunos se quedaron a vivir en las artes políticas, otros salieron asqueados o apaleados. Mauricio era fanático de estos invites.  Pero la casta no es para cualquiera.

La decadencia, palabra que usábamos poco y ahora es algoritmo, trae estas cosas. Milei y sus “mileinialls” se abrazan y gritan. Sueñan con un mundo sencillo de hacer, sólo hay que montar el dragón y darle la estocada. Hay tanto estiércol que es difícil imaginar al vituperador destruyendo a Frankenstein. “Voy a acabar con el Banco Central y con la corrupción, los privilegios van a morir”, dice Javi. “Mostrá un plan, sos un cobarde, por aquí no pisas”, le dice JxC nervioso por este Mozilla. El nac&pop, que no es izquierda, pero se afanó el DNI y mintió la foto, está feliz por este Caballo de Troya. Pero nadie quiere que gane, imagínate el batifondo, ir al parto y reparto con este pibe demencial.

Todo se decantará, como corresponde en estos meses duros para la diaria. Pobreza, inflación, Vaca Muerta, tractores, piquetes, narcos, chorros en este inmenso mapa fabuloso con cara de bife de costilla esperan más gritos y promesas incumplibles, a babor y estribor. No se lo pierda, el espectáculo es la nada misma sin usted.

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