La Justicia mendocina ratificó en las últimas horas la elevación a juicio oral y público contra el “peritrucho” Marcos Herrero, quien se encuentra imputado por plantar pruebas durante la búsqueda de Viviana Luna, la mujer que desapareció a fines de 2016 en Potrerillos.
Fue durante una audiencia solicitada por su defensa, que se opuso a la solicitud del fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, para que la cause pase a debate.
Según publica diario Nuevo Día de Santa Cruz, la jueza Mariana Gardey, del Juzgado Penal Colegiado Nº 2, no hizo lugar al recurso interpuesto por el representante legal de Herrero y confirmó que deberá responder ante un Tribunal por las imputaciones de estafa, falsa denuncia, falso testimonio, encubrimiento y usurpación de títulos y honores, que pesan sobre él.
Asimismo, la magistrada dictó una prórroga de tres meses de la prisión preventiva, que fue solicitada por el representante del Ministerio Público.
Con este nuevo revés judicial, el adiestrador de canes agotó una de las instancias que le quedan para evitar el juicio en su contra.
Ahora, según Nuevo Día, tendrá cinco días para apelar, a través de su defensa, el fallo de Gardey. En ese caso, será un Tribunal Penal Colegiado el que decida sobre su futuro en el expediente.
El caso
Al ex policía Herrero lo capturaron el 3 de diciembre del año pasado en su casa de Viedma, Río Negro, luego de que el fiscal Pirrello pidió su captura.
El adiestrador quedó en el centro de las sospechas tras los rastrillajes que practicó a fines de setiembre de 2021 en Potrerillos, cuando fue contratado por los hijos de Viviana Luna.
Durante esas tareas, Herrero afirmó que había encontrado fragmentos de un cráneo y un monedero que tenía en el interior un papel con anotaciones.
Según afirmó, en el escrito figuraban nombres de relevancia en el mundo político y judicial de la provincia, tales como el juez Walter Bento (imputado como jefe de una asociación ilícita que cobraba coimas), el empresario Diego Aliaga (asesinado en 2020) y el ex jefe de la Policía Roberto Munives, entre otros.
Los objetos hallados fueron incautados por la Justicia local y los sometieron a peritajes. Mediante esos análisis se confirmó que los huesos no eran de Luna, sino que el ADN correspondía al de un hombre.
También se estableció que habían sido groseramente manipulados por Herrero, por lo que, según la investigación, quedó en evidencia que había colocados de manera deliberada en el sector rastrillado.
En tanto, un cotejo genético demostró que los restos óseos tenían la misma huella genética que los hallados por Herrero en la búsqueda de otra mujer desaparecida en la provincia de Santa Cruz: Marcela López.
Es decir, los huesos localizados con miles de kilómetros de diferencia pertenecían a la misma persona.
A esas pruebas se le sumaron testimoniales, escuchas telefónicas y filmaciones de los rastrillajes, que complicaron aún más la situación de Herrero, por lo que fue imputado por una batería de delitos y pasó a prisión.
Por su parte, a mediados de enero la Justicia le otorgó al “peritrucho” el beneficio de la detención domiciliaria, pero continúa tras las rejas porque no pudo rendir la fianza de 150 mil pesos que le fijó el juez Gonzalo Guiñazú.
