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10 meses sin rastros de la mendocina Abigail Carniel y la peor sospecha: “Necesitaban un corderito y fue ella”

Por Mariano López Blasco, TN.

Una adolescente que no aparece hace más de 10 meses, una búsqueda frenada, una causa sin detenidos ni avances y la peor de las sospechas: según su mamá, Abigail Carniel fue asesinada en una disputa por drogas, tras haber sido vista por última vez la madrugada del 16 de abril del año pasado en el barrio Sargento Cabral, en Las Heras.

“Había que limpiar una chanchada. Necesitaban un corderito y fue ella”, afirma Verónica Carniel en diálogo con TN. “Nos llegó a nuestros oídos que presuntamente la asesina este ‘Chupetín’ porque parece que faltó una droga, había que entregar a alguien y se la agarraron con mi hija”.

A raíz de escuchas telefónicas, el caso es investigado como un femicidio y tuvo inicialmente tres detenidos, aunque ninguno está preso hoy por esta causa.

La justicia mendocina imputó a Matías Díaz Verón, de 42 años y conocido como “Fido”Cayetano Chumacero, de la misma edad y apodado “Tito”; y Martín Márquez, de 36, alias “Chupetín”.

“Fido” Díaz, señalado como líder narco con dominio territorial en Las Heras -en las afueras de la capital provincial-, está detenido por lavado de dinero en una investigación impulsada por la Justicia Federal. “Chupetín” Márquez, en tanto, volvió a prisión en diciembre por amenazas y violencia de género contra su expareja, testigo clave en la causa de Abigail.

Ambos habían sido encarcelados el 11 de mayo del año pasado tras una serie de allanamientos ordenados por el fiscal de Homicidios, Carlos Torres. El 26 de agosto, un tribunal integrado por los jueces Víctor Comeglio, Belén Salido y Marcelo Gutiérrez del Barrio determinó que no existían pruebas suficientes para mantenerlos tras las rejas.

“Tito” Chumacero, a quien la familia de Abigail identifica como el supuesto entregador, también fue liberado ese día. Díaz, sin embargo, siguió en la cárcel como acusado por el expediente de la Justicia Federal.

Verónica asegura que en el barrio Sargento Cabral muchos tienen información, pero callan “por miedo o por complicidad”.

“El 70% sabe qué pasó con mi hija, qué le hicieron; y un 10% directamente sabe dónde está”, intenta graficar la madre. “Tienen amenazado a todo el barrio”, afirma.

Mientras tanto, el tiempo pasa y hay un cuerpo que no aparece. “La causa sigue igual. Toman declaraciones que no llegan a nada. Testimoniales que dicen ‘yo escuché esto’ o ‘a mí me dijeron aquello’, pero nada concreto”, dice Verónica con resignación.

“A mi hija no la buscan. El último rastrillaje, que fue hace unas tres semanas, no estuvo bien programado. Fue en el área donde supuestamente desaparece mi hija, pero no se excavó”, reclama. Y continúa: “Como siempre, nosotros estuvimos haciendo pozos, pero es imposible sin una máquina”.

Las postales de la familia y amigos de Abigail buscando en soledad los rastros de la joven (el 16 de enero hubiera cumplido 19 años) fueron repetidas. Dos meses después de la desaparición, circuló un video de Verónica removiendo un basural bajo una nevada.

En aquellos días, la mujer describió a TN una conversación en la que presuntamente uno de los imputados confiesa el femicidio. “Son ‘Chupetín’ y la novia. La mina le recriminaba por qué mataron ‘a la piba esa’. ‘Asesino’, le decía. Y él le respondía: ‘A esa gila ya se la llevaron’ y ‘vos callate porque vas a ser la próxima’”, relató, entonces, Verónica.

Y amplió: “La novia llora y le pregunta ‘por qué lo hiciste’. Y él le responde: ‘por el otro’”. El otro, sostiene la madre, es ‘Fido’. “Es el jefe narco del barrio Sargento Cabral y los otros dos -”Chupetín” Márquez y “Tito” Chumacero- responden a él”.

Esa escucha formaba parte de la pesquisa de la Justicia Federal, que investigaba una red de narcotráfico: “Fido” y “Chupetín” tenían intervenidos los teléfonos. La prueba llegó a la Fiscalía de Homicidios y sirvió para efectuar las imputaciones.

Sin embargo, poco y nada se avanzó desde aquella madrugada del 16 de abril, cuando Abigail fue vista por última vez.

Unas horas antes, la joven había llegado hasta el barrio Sargento Cabral en un colectivo de la línea 353. La acompañó “Nené”, una de las dos amigas con quienes había compartido una salida a un bar. Abigail se bajó antes y la otra chica continuó el viaje. La víctima vivía en el asentamiento ‘25 de Marzo’, situado a unas 15 cuadras del lugar donde se le perdió el rastro.

Según testimonios incorporados a la causa, Abigail se encontró en una esquina con un amigo inmediatamente después de bajar del colectivo. Y finalmente estuvo con Chumacero “en la famosa casa container donde supuestamente la mataron”. Ese lugar fue marcado por perros que participaron de los rastrillajes y allí se encontraron rastros de sangre. De la chica, sin embargo, nunca se supo nada.

Verónica señaló que Abigail “había tenido problemas con drogas, pero estaba mucho mejor”. Contó que la vio por última vez tres días antes de la desaparición: la joven preparó un bolsito, le pidió algo de dinero y le dijo a su mamá que iba a quedarse en casa de una amiga.

Nunca más volvió y, desde entonces, todo es dolor e incertidumbre para la familia y el resto de los seres queridos. “Estaba cursando el secundario y quería hacer el curso de peluquera. Hacía unas trenzas hermosas. Ella era hermosa”, la recordó su mamá.

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