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Los elementos que complican a Marcos Herrero, el adistrador canino detenido en Mendoza

Por Gastón Rodríguez, diario La Nación

Hasta su detención en Mendoza, acusado de plantar restos óseos de un hombre durante la búsqueda de una mujer desaparecida hace más de cinco años, el adiestrador de perros Marcos Herrero era la última esperanza de las familias a las que la Justicia no les daba respuestas. Los hallazgos de Herrero en casos resonantes como los de Facundo Astudillo CastroMicaela Ortega Araceli Fullesentre otros, lo habían convertido en alguien reclamado por las querellas en investigaciones que no lograban avanzar hacia el esclarecimiento. Esas mismas familias insisten en ponderar su trabajo y sostienen, como la defensa de Herrero, que es víctima de un supuesto “armado” judicial que busca escarmentarlo por causas en las que apuntó contras las fuerzas de seguridad y el poder político.

“Yo no desconfío de Marcos, porque estuve con él en los rastrillajes y no vi nada fuera de lugar, ni plantando ni manipulando pruebas; nunca nos dijo que lo dejáramos solo, todo lo contrario, siempre hubo testigos y celulares filmando”, cuenta Matías, uno de los cuatro hijos de Viviana Luna y el encargado de contratar los servicios del adiestrador para aquella búsqueda cuestionada en Mendoza.

La última vez que se supo algo de su madre fue el 7 de diciembre de 2016, cuando ella salió de su casa en Potrerillos, un pueblo mendocino cercado por montañas, para concurrir a una entrevista de trabajo en un complejo de cabañas. Desde entonces, los investigadores se inclinaron por la hipótesis del suicidio, al tiempo que se mostraron incapaces de encontrar no ya el cuerpo de la mujer, sino al menos una pista de lo sucedido.

“A principios de 2021, cansados de que la Justicia no hiciera su trabajo, le preguntamos a Marcos si quería participar del caso y lo trajimos por nuestra cuenta, organizando rifas y colectas para pagarle. Antes le habíamos pedido a la fiscal Claudia Ríos que lo mandara a buscar, pero nos tuvo varios meses dando vueltas hasta que finalmente nos dijo que no podía porque no tenía los recursos. Ahora me parece una tomada de pelo porque no tuvieron problemas en ir a buscarlo a su casa de Viedma para detenerlo. Lo único que falta son las ganas de buscar a mi madre”, se queja Matías.

A fines de septiembre del año pasado, Herrero y sus dos perros hallaron restos óseos, un monedero y una nota con nombres de políticos, empresarios y funcionarios judiciales reconocidos en la provincia –todo deteriorado por el fuego– en un hotel abandonado de Potrerillos. Durante un segundo rastrillaje en una cabaña que pertenecía a la expareja y padre de los hijos de Viviana, los canes encontraron la misma nota en mejor estado junto a un estuche con preservativos y papel picado.

Lo que la familia consideró el primer avance significativo de una causa paralizada durante años derivó en una nueva frustración. El fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello imputó a Herrero por los delitos de falsa denuncia, falso testimonio, encubrimiento y usurpación de títulos y honores, luego de que el Laboratorio de Huellas Genéticas de Mendoza concluyera que los restos hallados en Potrerillos eran iguales a los huesos que el adiestrador había encontrado en el marco de la búsqueda de Marcela López, desaparecida desde mayo pasado en Santa Cruz.

Herrero sigue detenido con prisión preventiva en el pabellón de funcionarios públicos del penal de San Felipe, en Mendoza, luego de que se negara a aceptar un juicio abreviado. Para el fiscal Pirrello Herrero es un “fabulador, aparte de un estafador”.

 

“Una causa armada”

“Lo de Marcos es una causa armada. Es indignante que esté detenido”, se queja Andrea Tolosa, esposa y madre de sus tres hijos. “Venía siendo hostigado y presionado –continúa–. Él participó de la búsqueda del oficial Lucas Muñoz en 2016 (estuvo desaparecido 27 días hasta su hallazgo en un descampado de Bariloche con un tiro en la nuca) y tuvo que trabajar en contra de su propia institución porque Marcos todavía estaba en la Policía de Río Negro. Después del caso de Facundo [Astudillo Castro] nos dejaron una nota en casa que decía ´te suicidas o te suicidamos´”.

Mónica Cid, la madre de Micaela Ortega, opinó en sus redes sociales sobre la detención de Herrero. “Mi hija estuvo 35 días desaparecida, hasta que encontraron el cuerpo a 13 kilómetros de Bahía Blanca. Lo encontraron Marcos Herrero y su perro Duke. Ocho meses después Duke encontró también pertenencias del femicida. Marcos y sus perros pudieron hacer lo que no hizo la Justicia de Bahía Blanca”, escribió. Micaela fue asesinada en 2016 por Jonathan Luna, un hombre que la contactó por Facebook haciéndose pasar por una menor de edad y que terminó condenado a prisión perpetua.

“La fiscalía da por concluida la investigación con el informe genético. Como defensor, lo que me queda es determinar que el peritaje y la custodia de los huesos hayan sido correctos y se haya cumplido con los protocolos. Mientras eso se define, Marcos debería estar en libertad porque los delitos que se le imputan son excarcelables. Es lo único que pedimos”, asegura el abogado Mauricio Cardello.

El 14 de diciembre, Andrea y Marcos cumplieron 20 años de casados. Ella viajó a Mendoza para pasarlo juntos, pero recién la dejaron verlo el 16. “Fue terrible, salí de la cárcel y lloré una hora. Lo que estamos viviendo es una pesadilla. Hoy entiendo la injusticia que vivieron las víctimas a las que Marcos ayudó en todo este tiempo, lo que se sufre cuando la Justicia se te ríe en la cara”.

Los casos resonantes en los que participó

La detención del adiestrador Marcos Herrero ya tuvo consecuencias en otras causas. En Santiago del Estero se suspendió el juicio por el macabro crimen de “Marito” Salto, un chico de 11 años abusado y descuartizado, luego de que la defensa pidiera la nulidad de lo actuado, bajo el argumento de que los perros de Herrero habían encontrado cartas en donde los imputados confesaban el horror en el marco de un rito satánico.

En tanto, hace unos días, la Cámara Federal de Casación Penal apartó a la jueza federal de Bahía Blanca, María Gabriela Marrón, por la “parcialidad demostrada en su actuación” durante la investigación por la desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro, cuyo cadáver fue hallado en un cangrejal de General Daniel Cerri, en el sur bonaerense.

“Es la misma jueza que en todo momento intentó darle nulidad al trabajo de Marcos, que había dado evidencias de que Facundo fue víctima de la Bonaerense”, destaca Andrea Tolosa, la pareja.

Los perros de Herrero habían encontrado, entre otros objetos, una piedra turmalina del adolescente en uno de los patrulleros secuestrados. La defensa de cuatro policías bonaerenses imputados en el caso de Facundo Astudillo Castro pidió que se investigue a actuación de Herrero en el caso a partir de su detención en Mendoza.

“Es lamentable que se lo acuse a Herrero de algo tan grave como la manipulación de evidencias. Yo fui testigo de cómo él trabajó y de lo buena persona que es. Siempre se puso a disposición de nosotros y nunca nos pidió nada a cambio”, fue parte del descargo de Mónica Cid en Facebook.

Su hija Micaela Ortega, de 12 años, había desaparecido el 23 de abril del 2016 tras encontrarse con Jonathan Luna. El cuerpo fue encontrado el 28 de mayo cerca de la Ruta 3, en las afueras de Bahía Blanca, por los perros de Herrero. El caso fue tan emblemático que su nombre y apellido se asocian a la Ley 27.590 promulgada en diciembre de 2020 y que creó el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o ciberacoso contra niñas, niños y adolescentes.

En el último tiempo, Herrero volvió a tener prensa luego de que la Justicia federal de Santa Cruz archivara la causa en la que se investigaba el hallazgo de dólares termosellados en una casa de Río Gallegos mientras el adiestrador realizaba la búsqueda de Marcela López, y que resultaron billetes del juego de mesa “El Estanciero”.

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