Nicolás Sanz

No hay limites para el despilfarro del dinero público

Este periodista ha hecho varias veces hincapié en los abultados gastos que se autorizan desde la administración del Estado con el fin de cumplir los caprichos de puntuales personajes dentro del ámbito de la política.

La más cabal muestra de ello es la utilización de aviones oficiales para uso personal. En tal contexto, se destinaron, en tan solo una semana, 100 mil dólares para que la vicepresidenta Cristina Fernández cumpla con sus extravagantes antojos.

Pese a que la ley es clara respecto del uso de los aviones oficiales para un beneficio propio, pareciera que en Argentina no pasa nada. La justicia no actúa de oficio y la vice puede seguir utilizando los recursos pagados por los contribuyentes a piacere.

No es la única, claro está. Fabiola Yañez también hizo uso de estas aeronaves para viajar a posadas, sin embargo parece que terminará en la nada. Acaso un despilfarro más de los que existen.

Pero es tal el gasto innecesario que se conoció que el Gobierno adquirió trenes eléctricos provenientes de Rusia por un valor de 864 millones de dólares para ser utilizados en la línea San Martín.

Lo curioso es que, no solo no se trata de una línea electrificada, sino que ni siquiera se lanzó una licitación para que esa obra se lleve a cabo.

Y hablando de gastos inútiles, la Secretaria General de Presidencia planea destinar 22 millones de pesos a la adquisición de bebidas, entre ellas, agua, jugos y gaseosas.

Entre las mismas (con diversas presentaciones como botellas y latas; y versiones como sin azúcar y común) se destacan: Coca Cola, Sprite, Levite, Ades, Paso de los Toros, Villavicencio, etcétera.

Estas bebidas serán destinadas a tres áreas: La Casa Rosadala Quinta Presidencial de Olivos y la residencia presidencial de Chapadmalal.

O por qué no mencionar también la licitación privada que hizo la Cámara de Diputados para la adquisición de “Cortinas tipo Roller” por la cual se estima realizar un desembolso de entre 1.400.000 y 1.800.000 pesos.

Otro que quiere cortinas nuevas es Matías Lammens, ya que el Ministerio de Turismo y Deporte planea gastar 31 millones de pesos en la “provisión y colocación de cortinas enrollables”.

La cantidad de ejemplos que pueden darse es inconmensurable, pero de más está decir que los funcionarios públicos malgastan el dinero que debería utilizarse para mejorar la calidad de vida del ciudadano.

Nunca hay dinero, siempre se está en quiebra, al borde del default. El Banco Central no tiene reservas, los impuestos aumentan de forma descontrolada, asimismo la emisión y la deuda; pero los caprichos del poder deben ser cumplidos.

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