Arranca un año nuevo, que configura un desafío para todos, como cada nueva etapa que comienza. Rodolfo Suarez no será menos a tal respecto.
El gobernador de Mendoza debe atravesar no pocas tribulaciones, a nivel local y a nivel nacional.
En lo local debe resolver la cuestión de Portezuelo del Viento, de la cual muchos dependen para no verse complicados económicamente. El sector público y el sector privado sueñan con esos recursos.
Ello conlleva otra discusión, que refiere a la provincia de La Pampa, donde habrá que moverse con cautela y diplomacia. Terreno pantanoso, por cierto.
También debe lograr estabilizar la economía local, deprimida por la pandemia feroz del Covid.
Uno de los tópicos que deberá instalar es el de la minería, siempre incómodo y denostado. Con el espejo fatal de Chubut.
Hará falta una buena estrategia de comunicación y muchísima paciencia. Porque enfrente se encuentran actores de primer nivel, que han hecho de la antiminería su bandera inclaudicable.
La reforma de la Constitución provincial también será un tema de debate, tal cual prometió el mandatario oportunamente.
Al mismo tiempo, deberá ir preparando el terreno para su sucesor en 2023, trono que disputarán propios y ajenos. Tadeo García Zalazar, hombre de Alfredo Cornejo, aspira a ese sillón. También Ulpiano Suarez, sobrino del propio gobernador. ¿Se viene una lucha intestina? Aún es prematuro saberlo.
Como sea, a nivel nacional el gobernador mendocino deberá terciar en las decisiones políticas de Juntos por el Cambio, ya que ostenta un lugar en la acotada mesa de decisiones.
Ello lo obligará a viajar más seguido a Buenos Aires y codearse con dirigentes con los cuales casi no tenía diálogo hasta ahora. Personajes acostumbrados a la rosca política más polémica, que a veces roza el escándalo. Todo un terreno novedoso para Suarez.
Como sea, el jefe de Estado provincial tiene mucho por hacer en los próximos meses. Y de ello dependerá su propio futuro. ¿Será legislador nacional o buscará algún cargo ejecutivo? No se sabe, pero poco a poco ello se irá configurando. El paso del tiempo irá delineando lo que venga.
No obstante, poco importa cuál sea la aspiración del mandatario, solo importa cómo hará para lograrlo. Todo depende de sus propios decisiones.
