Luis RossiPortada

Cambian los nombres, pero no las estrategias

No importa cómo se llamen o a qué partido político pertenezcan, las maniobras de prometer, mentir o regalar para ganar votos es común a todos.

Los argentinos ya estamos acostumbrados a escuchar propuestas y promesas casi incumplibles durante las campañas electorales, sabemos que nos mienten, pero parece que nos gusta.

La clase política argentina desde hace muchos años –o desde siempre– engaña a la hora de intentar conseguir votos para ganar una elección.

Podríamos recordar el famoso libro verde de Bordón (considerado como “el mayor tratado de ciencia ficción que se haya escrito en Mendoza” según un monólogo del recordado Jorge Sosa publicado en diario El Sol el 19/08/2010).

A esto podemos sumarle las innumerables e incumplibles promesas de Macri, sobre todo las de pobreza cero, algo que resultó ser – más allá de una inútil intención -un tiro en el pie- más allá del aumento desmedido de las tarifas y una toma de deuda en estos momentos cuestionada y sospechada.

A este modus operandi se le pueden sumar los acuerdos en gallos y medianoche que se realizan entre los diferentes partidos políticos a la hora de convenir las pautas de una campaña, asignarse los aumentos de sueldos o para acordar la aprobación de una ley, algo que se notó y mucho, cuando se intentó modificar la Ley 7722.

Después apareció el famoso “yo no fui, yo tampoco”, pero todos quedaron expuestos de haber llevado adelante negociaciones y un acuerdo para obtener, vaya a saber uno, qué tipo de beneficios.

Una última muestra de estas estrategias de la política o de los políticos, fueron las declaraciones del Gobernador Rodolfo Suarez a los medios periodísticos días antes de las elecciones de noviembre, más precisamente el 9 de noviembre, sobre el análisis en ese momento por parte de las autoridades de postergar la RTO en nuestra provincia.

Un anuncio que desde luego, después de ganadas las elecciones cayó inevitablemente en un “saco roto”.

Los ciudadanos comunes no perdemos la esperanza de que estas actitudes algún día desaparezcan, pero dado los antecedentes y las conductas actuales, muy lejos estamos que algo de ello suceda.

Sobre la base de la realidad habrá que seguir aguantando y juntando mocos para las épocas pre electorales, tiempos en donde los políticos salen gustosos a impregnarse de ese tipo de secreciones a cambio de un voto. Al final de cuentas, parece que todo suma para ellos.

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