Mario García

¿Cómo impacta la victoria de Gabriel Boric en Mendoza?

Este domingo, el izquierdista Gabriel Boric se convirtió en presidente electo de Chile al imponerse en elecciones de segunda vuelta ante el postulante derechista José Antonio Kast con más del 55 por ciento de los sufragios.

Ello desató todo un debate respecto de cómo será su gobierno, luego del paso por el poder del “derechista” Sebastián Piñera, en un país cuyos ciudadanos hace apenas dos años salieron a las calles a pedir un cambio de rumbo, en puntuales aspectos.

Entretanto, comenzaron las especulaciones a nivel local respecto de cómo será la relación entre la Argentina y Chile a partir de ahora.

El Frente de Todos festeja la victoria de Boric, con quien sienten alguna afinidad. Por lo tanto, su victoria es recibida con los brazos abiertos. Habrá que ver si en Chile ello es recíproco, ya que se trata de un país bien pragmático, que pone sus intereses por sobre la ideología.

De hecho, quienes supongan que Boric será una especie de Salvador Allende aggiornado se equivocan. Es cierto que supo tener posturas extremas a la izquierda en su juventud, pero ya se arrepintió de ello y hasta pidió disculpas. Lo mismo hizo respecto de sus críticas a líderes como Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.

Su postura bien puede resumirse en una frase que él mismo pronunció en campaña: “No me molesta que digan que soy socialdemócrata”. Curiosamente es la postura en la cual gusta verse reflejado a Alberto Fernández.

Puede significar mucho, o puede no significar nada. Sobre todo por lo mencionado sobre el pragmatismo chileno.

Esto último sería un alivio para Mendoza, cuyo gobierno no se ve identificado con la figura de Boric. Sino todo lo contrario.

Bastan ver las redes sociales para notar la efusividad de los referentes peronistas de la provincia contra la cautela de los radicales.

Habrá a partir de ahora un trabajo parecido al de los animales, que se huelen un buen rato antes de entrar al terreno de la confianza.

Luego, habrá que avanzar, porque hay cuestiones políticas y económicas que urgen, y no pueden esperar.

Sea como fuere, chilenos y mendocinos tienen una historia de hermandad que supera cualquier tipo de barrera. Eso es lo más importante. Todo lo demás se puede superar.

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