Christian SanzMendoza en foco

La corrupción en Mendoza y la importancia del periodismo de investigación

Nada nuevo bajo el sol: uno ha escrito in extenso respecto de la importancia del periodismo de investigación. Valoración que no representa ninguna genialidad.

Pero es bueno, no obstante, recordarlo cada tanto. Porque pocas herramientas hacen tanto por la República como aquel género periodístico. Que desnuda lo que intentan mantener oculto los poderes de turno.

Es incómodo, inquisitivo y persistente, y les rompe las pelotas a los poderosos. Porque no les deja avanzar en sus trapisondas. Que existen desde que el mundo es mundo.

Y está bueno que pase, porque sino nadie controla nada. Y todo se vuelve caos. Y se genera un círculo vicioso del cual es imposible escapar. Y sin República estamos todos fritos.

Refiere tal preludio a la trama que destapó Diario Mendoza Today, aquella que desnudó cómo un concejal radical de Guaymallén llamado Martín Casas le robaba parte de su salario a un empleado que trabajaba para él. Incluso sacó tres ostentosos créditos a su nombre, justo antes de echarlo de patitas a la calle.

Aquel pobre tipo, llamado Rubén Martín Sosa, se cansó de pedir que los medios mendocinos lo escucharan. Lo puso en sus redes sociales incluso, por si alguno andaba desprevenido: “Estoy desesperado”, gritó de manera virtual.

Pero nada de nada. Porque Guaymallén es sinónimo de Marcelino Iglesias y, por carácter transitivo, de Alfredo Cornejo, y también de Rodolfo Suarez. Y todo ello se traduce en pauta oficial.

Entonces, nadie quiere hablar con Sosa, ni contar su caso, porque nadie quiere perder esa plata que llega todos los meses para llenar los bolsillos de unos empresarios vacíos de escrúpulos —y de periodismo— y cargados de miserabilidad.

Entonces ocurre el absurdo que siempre suele suceder en Mendoza: se cuenta el final de la historia, sin haber contado jamás la primera parte. Y el lector no entiende nada.

En este caso, Casas terminó renunciando a su banca de concejal, justo después de que Mendoza Today publicara una entrevista con aquel pobre tipo, el ya mencionado Sosa.

Pero los medios locales salieron a a coro a contar poco más que Marcelino Iglesias lo había desplazado de su cargo. Porque la “transparencia” y la “honestidad” y la “mar en coche”. Sin contar nunca la primera parte de la trama. La que derivó en su desgracia.

Y para colmo es mentira lo de Marcelino y la transparencia, porque Casas fue su secretario privado, igual que Fabián Forquera, otro errático concejal que también debió dar un paso al costado cuando se supo que era corrupto. Entonces, ¿no sabía nada el intendente guaymallino, a pesar de la gran cantidad de años que trabajó con uno y otro?

Dicho sea de paso, ¿también presumirá Marcelino no conocer a los hermanos Paco, testaferros de Evo Morales, que lavan dinero de manera descarada en Guaymallén desde hace una década al menos?

Lo ocurrido con Casas es casi una anécdota, solo eso. Pero desnuda una postal de lo que pasa en Mendoza desde siempre: nadie cuenta nada y todo se tapa.

Y el periodismo no es eso: es informar, tan simple y sencillo como ello. Aunque parezca que a muchos se les haya olvidado.

Por suerte… no a todos.

Denuncia que un concejal de Guaymallén sacó 3 préstamos a su nombre

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