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Algoritmos completaron la décima sinfonía Inconclusa de Beethoven, dos siglos después de su muerte

Con motivo de celebrarse el 250 aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven, su última sinfonía, la décima, que a su muerte, en 1827, había quedado sin terminar, pudo ser completada por un grupo de musicólogos, compositores e informáticos que reunió la empresa alemana de telecomunicaciones Telekom, con sede en Bonn, ciudad natal de Beethoven.

Trabajaron con algunos bocetos manuscritos que se conservaron, algunos de ellos fragmentos cortos e inacabados, y se cruzaron datos de las partituras de sus contemporáneos, en un intento por analizar y aprender el estilo de Beethoven de forma que pudieran finalizar la sinfonía “inconclusa”.

La programación informática hizo el resto y de este modo la obra –con cierto retraso debido a la pandemia– de 2021, se estrena por la orquesta Beethoven de Bonn dirigida por el director general de música Dirk Kaftan.

Eel público podrá experimentar, de este modo, hasta qué punto se nota el cambio de las obras originales de Beethoven a la composición generada por IA.

El director del Instituto Karajan de Salzburgo, Matthias Röder, abrió el paraguas: aclaró que también tuvieron que hacerse suposiciones para alimentar a la inteligencia artificial: “Hay que pensar que Beethoven tomaba anotaciones en el momento en que tenía nuevas ideas. A veces eran palabras escritas, otras veces, notas musicales”.

Y deducir “cómo habría desarrollado ciertas cosas”, explicó Röder en un comunicado de prensa.

 

Simulaciones

Para la reconstrucción de la parte faltante, se introdujeron sinfonías, sonatas para piano y cuartetos de cuerda de Beethoven.

Emulando a la red neuronal del cerebro, el ordenador creó nuevas conexiones por sí mismo. y los resultados que mejor encajaban se introdujeron en el sistema para añadirles nuevas notas.

Como la música, de manera muy simplificada, se basa en unidades, al igual que el lenguaje, se trató de aprender estos elementos dentro del “idioma” y el estilo específico.

El profesor Robert Levin, musicólogo de la Universidad de Harvard, reflexionó que “lo que la IA nos permite hacer es ofrecer el curso posterior de un movimiento en 20 o incluso 100 versiones diferentes. Y eso es infinitamente fascinante, porque si se hace algoritmicamente muy bien, entonces cada intento es plausible”.

¿Qué beneficio tienen estos proyectos de investigación para los músicos? “Se puede decir que el ordenador lo hace según algoritmos. Sí, pero los humanos también lo hacen basándose en la experiencia o el entrenamiento. No están necesariamente tan alejados“, agrega el profesor de música.

Ahmed Elgammal, director del Art & AI Lab de la Universidad Rutgers de Nueva York y desarrollador de la “IA de Beethoven”, explicó que “queríamos entender mejor cuál era las posibilidades técnicas actuales en cuanto a la generación (con IA) de música. Y tratamos de probar los límites. Al final, utilizamos algunos módulos de lo que se llama Procesamiento del Lenguaje Natural, que se inspiran en el procesamiento lógico del lenguaje”.

Para la investigación, estas colaboraciones son muy interesantes, ya que arrojan luz sobre cómo las máquinas podrían apoyar a los humanos, o incluso imitarlos en tareas creativas.

Los últimos pentagramas de compositores como Gustav Mahler y Franz Schubert habían quedado con puntos suspensivos porque la muerte interrumpió la obra creativa, pero siglos más tarde la inteligencia artificial permitió terminar de desarrollarlas y poder ponerles punto final.

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