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Desestiman presentación judicial en Mendoza que solicitaba liberar al tortugo Jorge

La Justicia mendocina desestimó un hábeas corpus presentado para liberar en un ámbito natural al célebre tortugo Jorge, que vive en el acuario municipal de la capital mendocina, el cual será reconvertido en un centro para la conservación de la biodiversidad.

El Tribunal Colegiado Primero de la Oficina de Gestión Administrativa Penal (OGAP) emitió un dictamen en respuesta a la acción de habeas corpus presentada en abril por un grupo de abogados ambientalistas en favor del animal.

La jueza María Belén Renna declaró abstracta la acción de habeas corpus presentada, debido a que la puesta en marcha del plan municipal de reconversión del acuario en un centro para la conservación de la biodiversidad y las consecuentes acciones que este contempla con respecto a la tortuga tornaron “estéril el dictado de una sentencia sobre el fondo de la cuestión”, consideró la magistrada.

El tribunal basó su dictamen en el análisis de los informes y las declaraciones testimoniales reunidos y la Justicia destacó “la cautela con la que los especialistas recomiendan evaluar un posible traslado” del animal.

En esta misma línea, resaltó que dicha precaución “resulta unánime y avalada en motivos científicos relacionados con la necesidad de asegurar el bienestar y evitar la muerte” del animal.

Desde la municipalidad de la Ciudad de Mendoza difundieron el fallo y aseguraron que ellos no se oponen al traslado a un santuario o centro de conservación de la tortuga macho, en tanto se resguarde la vida y la integridad física del ejemplar.

Entre las interconsultas que concretó el municipio, se encuentra la realizada con el Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo establecimiento advirtió sobre las complicaciones asociadas a la liberación del animal en un ecosistema marítimo, indicaron en un comunicado divulgado por la comuna mendocina.

Al respecto, aludieron como a la edad avanzada de la tortuga y las complejidades que acarrea su traslado.

La jueza también resaltó en que el plan municipal de reconversión del acuario no se opone al traslado del ejemplar a hábitat apto que mejore sus condiciones de vida y remarcó que la decisión de relocalizarlo se encuentra “solo supeditada a resguardar la vida e integridad física del animal debido a su avanzada edad“.

Ello, en definitiva, “protege su derecho a una vida digna, tal como se solicita” en el habeas corpus, planteó la magistrada.

La tortuga apareció a principios de 1984 en una playa cercana a la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, entumecida por el frío y herida, y fue rescatada por pescadores y el Instituto Oceanográfico Argentino, con sede en esa ciudad, que la identificó como de la especie tropical Caretta caretta, común de mares cálidos pero inusual en el Mar Argentino.

Según recordaron desde el municipio, “no se consideró devolverla al mar, dado que la devolución de animales tropicales poiquilotermos (de sangre fría) a medios muy fríos no se aconseja para la especie. Esto es debido a que un descenso en el metabolismo los lleva a la muerte por causas fisiológicas y/o mecánicas, por ejemplo asfixia“.

Por esta circunstancia y dado que el Acuario Municipal de Mendoza era el único capaz de recibirla, fue despachada vía aérea a la ciudad en seco, dentro una caja de madera construida especialmente para el animal.

Así, fue recibida el 4 de marzo de 1984, pesando en ese momento 40 kg y, luego de estar en varios recintos, se la trasladó en febrero del 2006 a un estanque de 20.000 litros de aguamarina con 85 kg de peso. Con el tiempo se la llamó Jorge.

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