Tecnología

Razones por las que un niño debería tener un reloj inteligente en lugar de un celular

Los smartwatch pueden ofrecer a los padres la seguridad y control parental que los smartphones no.

En un mundo lleno de nuevas tecnologías y con el internet en auge, es casi imposible que los más pequeños de la casa sean ajenos a esta realidad. Prácticamente desde que nacen, los niños tienen un celular o tablet en sus manos. Estos dispositivos se han convertido en un elemento importante en el estilo de crianza de los nuevos padres que buscan mantener ocupados a sus hijos, y la forma de hacerlo es con juegos o la reproducción de videos en sus smartphones.

De acuerdo con un estudio de Common Sense Media, entre 2015 y 2019 se redujo la edad en la que los niños tenían acceso a su primer teléfono inteligente: ahora la mayoría de los menores podrían tener su primer móvil a los 11 años; antes de eso, el promedio se ubicaba entre los 13-14 años.

Según la investigación, el 53 % de los niños tienen su primer smartphone a los 11 años, mientras que el 69 % de los menores con 12 años ya cuentan con uno al llegar a esa edad.

Sin embargo, en medio de lo que se ha convertido una necesidad, cientos de padres han mostrado su preocupación por los contenidos que pueden ver sus hijos en este tipo de dispositivos, así como la adicción de la que pueden ser víctimas en el futuro.

Aunque hoy en día existen múltiples formas de controlar lo que ven o no los niños por medio de software de control parental, aún son altas las cifras de situaciones, propias y ajenas a los dispositivos, que pueden afectar su paz mental.

Por esto, varios padres han optado por una herramienta que, aunque permite a sus hijos estar en relación con el ‘boom’ de las nuevas tecnologías, también les impide sumergirse por completo en ellas: los relojes inteligentes (o smartwatch) para niños.

En medio de la preocupación, los relojes inteligentes resultan ser una opción que permite tener casi que un control total sobre la participación de los niños en el mundo digital, con herramientas que van desde GPS, aplicaciones de productividad, juegos y apps de ejercicio. Incluso, algunos de ellos ni siquiera tienen acceso a internet, lo que obliga a los niños a gozar solamente de los instrumentos instalados de forma predeterminada en el reloj.

Así, con este tipo de herramientas se puede lograr que los más pequeños de la casa se acostumbren a rutinas diaria, que no tengan que ser necesariamente quehaceres u otro tipo de deberes dentro del hogar. Además de las tareas del colegio o los oficios normales de todo niño, con este dispositivo se puede hacer un seguimiento real de su estado físico después de cumplir con una rutina deportiva establecido dentro del mismo reloj.

Igualmente, se pueden establecer horarios para los juegos dentro del smartwatch, incluso tachar y ofrecer recompensas por los resultados que se obtengan al terminar dicha actividad. También ofrecen formas de que los niños sientan independencia en el control de sus relojes inteligentes, por medio de apps que permiten, por ejemplo, configurar sus propias alarmas o hasta marcar por sí mismos las tareas cumplidas durante el día.

De esta forma, la incorporación de un reloj inteligente a la vida de un menor puede ser una opción que ofrece entretenimiento, responsabilidad y hábitos a la vida del niño, sin necesidad de que centren su vida en el mundo de la tecnología. La idea es que estas herramientas sean usadas como medio para facilitar la vida y no como el objetivo de la misma.

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