Christian Sanz

Quiénes, cómo y dónde manejan la quiniela clandestina en Las Heras

Se trata de una conocida familia, vinculada a un exjugador del Club Huracán Las Heras. Mendoza Today sigue investigando… y revelando.

La quiniela clandestina no necesita presentación, menos aún en este diario, ya que sus vericuetos y detalles se han denunciado con pelos y señales a través de varias notas de investigación publicadas aquí mismo.

El circuito completo se detalló a principios de 2015; luego se mencionó quiénes y cómo manejan el negocio; finalmente se reveló con documentos en mano la manera en que los ilegales “descargan” ciertas apuestas —las que podrían hacer peligrar su negocio— en el circuito legal de las agencias oficiales.

Para descubrir la trama solo hizo falta apelar a la más básica observación, uno de los recursos esenciales del periodismo de investigación.

Quien albergue alguna duda al respecto, solo debe dirigirse a puntuales lugares, uno de ellos la galería Tonsa, donde aquellos que levantan la quiniela clandestina caminan con envidiable holgura.

No casualmente, la agencia 70, ubicada en ese mismo recoveco, es una de las que más “descargas” ostenta. Otro sitio donde los ilegales se mueven con tranquilidad es el Mercado Cooperativo de Guaymallén. Diario Mendoza Today ya lo ha contado con pelos y señales, no hace falta insistir.

Ahora, en esta nueva entrega, aparece uno de los Departamentos más emblemáticos de Mendoza, donde nada pareciera sorprender: Las Heras.

En esa zona, que bien podría ser parte del “conurbano mendocino” por su enorme similitud con puntuales localidades de la provincia de Buenos Aires —principalmente La Matanza—, despunta la quiniela ilegal casi en cada esquina.

Este diario caminó por allí durante varios días y lo pudo confirmar. Se habló con comerciantes, residentes y vecinos, y casi todos coincidieron en mencionar un apellido, harto conocido en esa zona: Giardini.

Refiere a Rafael, alias “Ratón” quien supo jugar en el emblemático equipo Huracán Las Heras en la década del 80, en los días en los que llegó a la “A” de la Liga Mendocina —en 1981— y consagrarse campeón de dicho torneo ganando 15 partidos, empatando 14 y perdiendo sólo tres —en 1984—.

El plantel campeón estuvo integrado, aparte de Rafael Giardini, por Félix Martínez, Carlos Bartolucci, Pedro Fóppoli, Daniel Pérez, Raúl Grimoldi, Humberto Magallanes, Ariel Gómez, Mario Moyano, Marcelino Blanco, Oscar Fornari, Norberto Avendaño, Leonardo Borgna, Ricardo Lucero, Carlos Miranda, Daniel Belot, Daniel Vallejos Reynaldo, Roberto De Faveris, Daniel Vargas, José Vargas, Claudio Rulli, Fortunato Pajón y Ángel Forrecillas.

Pasaron los años y, después de la gloria futbolera, Giardini apareció asociado a otra cuestión: la quiniela clandestina. En realidad, no es algo novedoso, sino de un “negocio” que esa familia comenzó a desarrollar hace ya algunas décadas en Las Heras.

No es ningún secreto, sino de algo que todos refieren al caminar por ciertas coordenadas de ese Departamento, principalmente en la intersección de las calles San Martín e Independencia. No es casual: allí se yergue la vivienda de uno de los Giardini, Rafael, “clásica” por fuera pero descomunal por dentro. No han sido pocos los que refieren a esa descripción.

En la periferia aparecen las viviendas de sus hijos y su hermano, también señalados en el mismo negocio ilegal. Como dice la famosa frase, “todo queda en familia”.

Se insiste: cualquiera que camine alrededor de esas calles, principalmente por Av. San Martín al 2.400, podrá comprobarlo con gran facilidad. Las voces no escasean, sino todo lo contrario.

En ese contexto, los vendedores ilegales que salen como legión cada día, a las órdenes de los Giardini, son incansables. Sus rutinas son calcadas. Lo que no está tan claro es la manera en que ese dinero se blanquea.

¿Será acaso a través de la firma que comandan ambos hermanos, Vicente y Rafael Giardini —CUIT 30-64693608-6— dedicada al “cultivo de vid para vinificar”? Imposible saberlo.

 

En primera persona

“Desde que tengo memoria, los Giardini manejan la quiniela acá, a nadie le llama la atención”, dijo a este diario el empleado de un quiosco ubicado en la calle San Martín.

-¿A nadie le llama la atención, siendo algo ilegal?

-Si no me creés, hablá con cualquiera, si alguno se sorprende avísame. La mayoría juega así.

-¿Qué significa que juega así?

-Que pasan los vendedores de Giardini levantando apuestas y la gente juega.

Ciertamente, los dichos del empleado fueron confirmados por otros comerciantes de la zona. “Yo juego, lo reconozco, pero no me queda otra porque no me puedo mover de acá”, aseguró a este diario una mujer que atiende un conocidísimo negocio de ropa.

-¿Quién maneja el “negocio”?

-Los Giardini, y siempre lo hicieron. Yo estoy desde 1997 acá y ya lo manejaban ellos. No solo están con la quiniela, también te prestan plata.

-¿Son prestamistas?

-Sí, incluso los acusan de usureros, pero no me arriesgo a confirmarlo porque no me consta.

José Luis, empleado del Átomo que cruza San Martín e Independencia también confirma la versión: “Venite cualquier día entre las 10 y las 11 de la mañana y vas a ver cómo levantan quiniela por San Martín con total impunidad”.

-¿Vos jugás?

-No, pero veo cómo pasan y levantan. Son muy pocos los que no juegan.

-¿Y quién los comanda? ¿Quién es el jefe de los levantadores?

-No sé si tienen un jefe, pero sí es sabido quién es el capo-capo.

-¿Quién es?

-El capo de Huracán Las Heras.

-¿Giardini?

-Y… sí.

 

Puro temor

No es tan sencillo hablar de este tópico en Las Heras, allí todo es mutismo y misterio… y hay algo de temor. Valga mencionar que la mayoría de los consultados para esta investigación refirieron sobre la peligrosidad de meterse con los Giardini. “Son gente muy pero muy pesada”, dijo a este diario el dueño de un kiosco de diarios ubicado en las coordenadas referidas. Lo mismo aseguraron algunos otros de los interrogados.

Las mismas fuentes confirmaron otro dato: en la familia Giardini no faltan jamás los lujos; camionetas de lujo y viajes a Miami, principalmente. Los rastros están allí, como migas de pan que pueden seguirse con facilidad. ¿Cómo es entonces que nadie se ha puesto a hacerlo?

Como ya se mencionó en otras notas, la quiniela clandestina mueve 70 millones de pesos al mes, casi la misma cifra que la legal. ¿Cómo se lava todo ese dinero? ¿Tan complicado es detectarlo?

En lo que respecta a los Giardini, es harto sencillo: solo hay que rastrear la contabilidad del club Huracán Las Heras, principalmente el dinero que se utiliza para pagar a sus jugadores.

Más claro, echarle agua… ¿o hacen falta más detalles?

Rafael Giadini, el “Ratón”